Prueba de paternidad prenatal
Cuando una pareja intenta tener un bebé, siempre existe la pregunta de si su pareja participó o no en la concepción. Mientras que la mayoría de los padres reciben bien la noticia, algunas parejas eligen usar pruebas de paternidad para tener tranquilidad antes de traer un niño al mundo.
Existen dos tipos de pruebas de paternidad durante el embarazo:
La prueba prenatal no invasiva
La prueba prenatal invasiva
La prueba prenatal no invasiva
La prueba de paternidad prenatal no invasiva puede realizarse con una simple extracción de sangre de la madre y una muestra de saliva del padre. El laboratorio entonces determina el vínculo de parentesco comparando el ADN fetal presente en la sangre con el perfil genético de un padre presunto. Esta técnica indolora y no peligrosa para la madre y el bebé permite obtener resultados precisos al 99%.
No obstante, la prueba no es infalible, y la precisión de los resultados depende de la cantidad de ADN que proviene del bebé que el laboratorio logre extraer de la muestra de sangre. Generalmente, el análisis es posible a partir de la 7ª semana de embarazo y en cualquier momento después.
Pero según las candidatas, puede ocurrir que la muestra de sangre de la madre no proporcione suficiente información genética proveniente del bebé para establecer una comparación con el padre. Es una variable difícil de prever para los laboratorios que siempre ofrecen, cuando esto ocurre, la posibilidad de analizar otra muestra de sangre tomada dos semanas después de la primera.
Esto puede ocurrir cuando la madre encuentra dificultades durante su embarazo o tiene antecedentes médicos. Además, el hecho de que sus muestras no proporcionen suficiente ADN fetal no significa necesariamente que tenga un problema en su embarazo. La vigilancia del desarrollo consiste en exámenes clínicos, biológicos y ecográficos para asegurar el buen estado de la madre y el correcto desarrollo del feto. No hay generalidades en genética y cada situación debe ser estudiada caso por caso.
La prueba prenatal invasiva
Los métodos de recolección invasivos, como la amniocentesis, la muestra de vellosidades coriónicas (CVS) o una biopsia de trofoblasto, consisten en tomar muestras de tejido del líquido amniótico, de la placenta o del cordón umbilical.
Estos procedimientos son invasivos ya que representan una operación quirúrgica y pueden conllevar un riesgo de pérdida del embarazo. Sin embargo, el riesgo de aborto espontáneo sigue siendo muy bajo, menos del 1%.
Sin embargo, los resultados del laboratorio son aún más precisos que las pruebas de paternidad prenatal no invasivas, ya que proporcionan más muestras de tejido para analizar. La cantidad de marcadores permite definir si hay una concordancia genética entre el ADN del supuesto padre y el del bebé. Pero también existe la posibilidad de conocer el sexo del bebé y sus predisposiciones genéticas.
En efecto, las pruebas prenatales invasivas generalmente se recomiendan a las futuras madres que tienen un alto riesgo de tener un hijo con una enfermedad genética. Las pruebas pueden indicar si su bebé tiene o no trisomía 21, por ejemplo.
Además, se recomienda que la detección de anomalías fetales se realice en función de los antecedentes parentales, la edad de la madre, los resultados biológicos y ecográficos para establecer un diagnóstico. Si está considerando hacerse una prueba invasiva, hable con su médico sobre los beneficios y los inconvenientes de cada tipo de prueba antes de tomar una decisión.
Para terminar, también es posible y más barato esperar el nacimiento del niño para hacer una prueba de paternidad comparando directamente el ADN presente en la saliva de los participantes. Esto puede permitirle hacer una prueba que tiene un valor legal y útil en un procedimiento judicial o administrativo. Lo que no sería posible con un resultado de una prueba prenatal.